Esta es una de las situaciones conflictivas ente los progenitores cuando uno de ellos decide llevarse a los menores del lugar donde vienen residiendo habitualmente, bien a otra provincia o incluso fuera del país, ya que hay que modificar el sistema de estancia de los menores con los progenitores. En este momento es muy importante que los progenitores traten de llegar a un acuerdo, por el bien de los menores, dado que si no será el Juez el que determine si ha lugar a conceder o no el traslado solicitado siempre y cuando se trate de una causa debidamente justificada y no de un mero capricho o un acto de venganza contra el otro. De manera que, si no hay acuerdo solo un juez será el que decida y no el progenitor que tenga el interés.
Lo más importante, es que se llegue a un acuerdo no solo en las custodias compartidas, sino en las monoparentales, debiendo ceder el progenitor que pretende el cambio, pues es el que propone el cambio de las condiciones que tenían señaladas por convenio o en virtud de sentencia judicial. De manera que el progenitor que se quede sin su sistema de custodia compartida, deberá verse beneficiado con las vacaciones, para poder suplir los períodos en que se ha visto privado de poder disfrutar de sus hijos. Debiendo replantearse nuevamente las medidas definitivas acordadas y solicitar judicialmente una modificación de dichas medidas en cuanto al cambio de residencia.
En caso de desacuerdo decidirá el juez, después de escuchar a los menores si fueran mayores de 12 años, pero dado la trascendencia del cambio, si los menores considera que tienen suficiente juicio, podría escucharles si fueran incluso menores de 12 años. En este caso, el juez velará más por el interés del menor, que por los intereses del progenitor que pretende el cambio de residencia. De manera que una vez escuchado a los menores, valorará y atendiendo a las causas que propician el cambio de residencia, si puede ser o no beneficioso para los menores, pudiendo llegar a determinar que los menores se queden con el progenitor que no insta dicho cambio, manteniendo a los menores en su círculo habitual de convivencia.
BUFETE DE MIGUEL Y SORIA,
Abogados